En víspera de elecciones, en medio de operaciones políticas, mediáticas, fanáticas a favor y en contra de algunos candidatos me puse a reflexionar. No quiero escribir algo que me deje posicionado de uno u otro lado, no pretendo influir en el voto de nadie, solo quiero aclararme ideas y compartirlas.
Estoy realmente preocupado por el rumbo que estamos tomando, o mejor dicho, por el rumbo que NO estamos tomando. Hace poco caí en la cuenta de que cada vez somos más los que dependemos económicamente del servicio al otro, no hablo únicamente de los empleados públicos que dependemos de un sueldo del estado, hablo de una economía no productiva, una economía que vive de prestar servicios.
Miro a mi alrededor y me encuentro con profesionales que vivimos de prestar servicios, mis colegas psicólogos, los médicos en cualquiera de sus variantes, enfermeros, kinesiólogos, odontólogos, nutricionistas, los docentes que viven de la enseñanza, los abogados, los contadores, administradores de empresas, asistentes sociales, licenciados en recursos humanos, relaciones públicas, periodistas, comunicadores sociales, economistas, licenciados en marketing, filósofos, policías, periodistas, políticos, martilleros, etc.
Conozco gente que sin tener un título profesional trabaja mucho, están los que ganan bien y los que no tanto, empleados públicos, empleados de comercio, bancarios, financistas, corredores, vendedores ambulantes, empleadas domesticas, personal de seguridad, choferes de colectivo, taxistas, remiseros, los que pusieron almacén, kiosco, verdulería, carnicería, pescadería, supermercados, tiendas de ropa… puestito en la vereda.
En fin, mucha mucha gente que vive de prestar servicios al otro en el mercado interno, que paga sus impuestos o no, pero que depende del circulo virtuoso o vicioso, como prefieran de un dinero que circula internamente, que emite la casa de la moneda del estado nacional en función de cuestiones económicas complejas que en definitiva están muy ligadas al comercio internacional y a monedas extranjeras con las que debemos pagar aquellas cosas que no producimos.
Nos gusta, necesitamos y nos acostumbramos a tener tecnología, medicamentos, juguetes, ropa, autos, algunos alimentos que no son propios de nuestra tierra (¿quien no come banana ecuatoriana?), lo que sea que nos ofrezca el mercado internacional que ya está recontra globalizado. ¿Con qué lo pagamos? Por algún motivo no desean los papeles que nosotros imprimimos, nuestro dinero y si aceptan el dinero que imprimen los Estados Unidos (esa es toda otra cuestión pero bueno, las cosas son así). Sabemos que el mercado internacional se rige por una moneda que no es la nuestra y para acceder a esa moneda debemos producir algo que a ellos les interese… Ni hablar cuando nos prestan dinero en esa moneda y luego debemos devolverlo con intereses.
¡Qué les vendemos? Soja, trigo, cereal, carne vacuna, cuero, lana, frutas… petróleo crudo, gas, permisos de pezca, permisos de minería, turismo, algún que otro servicio, hay que reconocer que tenemos buenos profesionales al menos… buenos jugadores de fútbol que exportamos, algún que otro científico (esos mas bien los donamos, ya que acá no tienen recursos para trabajar se terminan yendo a contribuir con el desarrollo de los países desarrollados) ¿ Se entiende a donde voy no? Vendemos básicamente materia prima, sin o con poca manufactura y con el dinero que ingresa producto de esa venta compramos tecnología, medicamentos, derivados del petróleo, ropa, calzado…
¿Cuánta soja hay que vender para comprar un SMART TV ?¿Cuánta carne? ¿Cuántos kilos de frutas equivalen a un kid de medicación oncológica? ¿Cuanto cuero por un par de zapatillas de marca?
El estado nacional, sea cual sea la bandera política que tenga, en estas condiciones tiene que hacer magia. ¿cómo se hace para distribuir mejor la riqueza? ¿qué riqueza? Es inmoral que siendo un país que produce materias primas haya gente que no tenga para comer, entiendo la necesidad de cubrir las necesidades básicas, la lógica de los subsidios, la lógica de generar más empleo público para que más gente tenga mejor calidad de vida… Si el estado tiene la facultad de emitir dinero y repartirlo para que no haya seres humanos con hambre en la Argentina tiene la obligación moral de hacerlo, después vemos cómo nos arreglamos… Si eso genera inflación, veremos, hay economistas trabajando para emparchar la situación hasta que encontremos la forma de salir adelante… Pero ¿Cómo?, ¿Cómo salimos? Hay que desarrollar las industrias oigo decir, muy bien, aplaudo la intención… pero ¿quien?, Acá empiezan a pelear los políticos están los que dicen que hay que atraer capitales de afuera que inviertan en el país, están los que plantean que el estado debe destinar recursos para fomentar dicho desarrollo.. . Están los que plantean de que hay intereses internacionales que complotan para que sigamos siendo un país estancado… NO LO SE, puede ser, quizás todos tengan razón, quizás ninguno… lo único que me dí cuenta es que si no empezamos a producir esto va a ir de mal en peor o viene alguien que plantee aislarnos y vivir con lo nuestro, o seguimos emparchando, endeudando y pateamos el problema para adelante. Ninguna de las opciones me gusta.
Lo que veo que mientras tanto, los jóvenes que piensan en estudiar algo para lograr un futuro mejor, ni se les ocurren profesiones productivas, sino que la mayoría se sigue inclinando para economía, abogacía, medicina, psicología, Etc. El 90% aproximadamente de la matricula universitaria se dedica a este tipo de carreras, apenas un 10% se inclina por las distintas ingenierías. No quiero que se malentienda, no estoy desmereciendo las carreras tradicionales, sino que estoy planteando una preocupación.
Actualmente, la demanda del mercado laboral Argentino en recursos humanos ligados a determinados rubros no llega a cubrirse con la cantidad de egresados en dichas carreras, por lo que se solicitan estudiantes de las mismas dificultando aún más que lleguen a recibirse. Estudiar Ingeniería Eléctrica, mecánica, textil, materiales, Naval, en Petróleo, tiene una salida laboral 100% garantizada, un ingreso económico altamente competitivo, una esperanza de crecimiento para el país y sin embargo… no son carreras elegidas por los Argentinos.
Los colegios secundarios técnicos han visto en los últimos 25 años disminuida su matrícula, la preparación en general de los alumnos que terminan el secundario no es adecuada para enfrentarse a este tipo de carreras, las perciben como “ciencias duras” “Carreras difíciles”, o directamente no se las tienen en cuenta.
Cada vez somos más psicólogos en Buenos Aires, más abogados, más contadores, más médicos, más comerciantes, más empleados públicos, somos más creativos para sobrevivir, y confiamos en que el Estado guiado por un PRESIDENTE salvador haga algo que nos permita vivir mejor y en paz.
Buenos Aires, 24 de Septiembre de 2015
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