Es un honor para mí estar acá frente a ustedes en representación de los
alumnos cursantes de la diplomatura de Género y gestión Institucional
2016.
Quiero empezar por agradecer a cada uno de los docentes que miércoles a
miércoles aportaron sus conocimientos para brindar a nuestra formación
profundidad y calidad.
PROFUNDIDAD Y CALIDAD, dos palabras que deseo destacar para darle a esta diplomatura el lugar que se
merece. Y es que realmente no es fácil
organizar un curso, sea cual fuere la temática, con alumnos provenientes de
distintas disciplinas, personal de fuerzas armadas, de seguridad, abogados,
biólogos, médicos, contadores,
psicólogos, bioquímicos, meteorólogos, etc. y dejar conforme a todos.
Un curso realmente transdisciplinario, donde cada disertante, también
proveniente de distintas disciplinas, ha sabido trascender los límites de su
propio campo para brindar conocimientos integrados e inter relacionados.
Docentes invitados con una vasta
trayectoria y experiencia en temática de género nos sorprendieron semana a
semana con clases magistrales que lejos de repetirse o superponerse supieron coordinar saberes para aportar paulatinamente una amplia perspectiva sobre la materia.
No quisiera resultar repetitivo pero sinceramente y de todo corazón
puedo decir que hemos quedado muy satisfechos con la calidad y profundidad de
los conocimientos impartidos. Es el INDAE un verdadero Instituto Universitario
que ha sabido abrir sus puertas no solo a otras fuerzas armadas y de seguridad
sino a la comunidad en general. Y es de
destacar que en la Diplomatura, los estudiantes son estudiantes, sin importar
grado, jerarquía o a qué fuerza pertenecen,
reina el espíritu universitario en donde el aprendizaje es el valor
supremo. UN LOGRO QUE LA FUERZA AEREA Y
EL MINISTERIO DE DEFENSA A TRAVES DE ELLA, HA SABIDO PRESTIGIAR
Y CAPITALIZAR.
ES IMPORTANTE RECOMENDAR FUERTEMENTE ESTA DIPLOMATURA, REALMENTE LA
CONSIDERAMOS UN ESPACIO VALIOSO PARA EL ENRIQUECIMIENTO E INTERCAMBIO DE
CONOCIMIENTOS EN MATERIA DE GENERO, UN ESPACIO EN DONDE INTEGRACION, EQUIDAD Y
DERECHOS HUMANOS SON LOS VALORES QUE PREVALECEN.
DICHO ESTO, QUISIERA APROVECHAR LA OPORTUNIDAD PARA DECIR UNAS PALABRAS
Y CONTAR UNA EXPERIENCIA PERSONAL RESPECTO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO.
CUANDO ME PIDIERON QUE PASE A DECIR ALGO EN NOMBRE DE LOS ALUMNOS LO
PRIMERO QUE PENSÉ ES ¿Por qué YO? ¿Por qué UN VARON? ¿Qué DIGO?
Poco tiempo después tomé conciencia Y ME DIJE: ¿Y por qué no un varón?
¿Acaso la violencia de género es cosa de mujeres? De qué sirve cursar
todo un año y aprender teorías y perspectivas de género si a la primera
oportunidad de comprometerme con la temática no lo hago.
Si algo aprendimos en estas clases es que la violencia de género nos
afecta a todos. No alcanza con decir
“YO NO SOY VIOLENTO, NO GRITO, NO INSULTO, NO PEGO“ NO ENTENDIMOS NADA SI DECIMOS ESO.
La violencia de género se entrama en el tejido social de formas cuasi
imperceptibles por nuestra cultura, es
nuestra historia, nuestras costumbres, hábitos, discursos, formas de entender
el mundo, en nuestros hogares, nuestros trabajos, en la forma en que nos
relacionamos con los otros, con nuestros pares, con nuestros hijos. No hacemos más que reproducir patrones
socioculturales que trasmiten desigualdad entre los sexos y siquiera nos damos
cuenta que lo estamos haciendo.
Reproducimos patrones que nos afectan a todos. Las publicidades que miramos, los programas de
televisión, con nuestras bromas, los piropos a las damas, las reglas de
galantería y seducción, cuando aprendemos a ser HOMBRES/MACHOS ALFA y nos
relacionamos en círculos de caballeros con nuestras propias reglas de
inclusión/exclusión. Lo que es de hombre
y lo que no es de hombre.
Cuando le regalamos a nuestros
hijos autitos, pelotas, armas, superhéroes y a nuestras hijas cocinitas, escobitas,
planchitas, bebotes, muñecas de superficial belleza y rosa chillón. ¿Qué valores trasmitimos?
Nunca voy a olvidar el día que
llegué a casa con un autito para mi hijo varón y una tortita de juguete para la
nena… El autito era realmente llamativo
y la nena se quedó mirando su regalo y con sus cuatro años se plantó y me
dijo: “Papá: ¡A mí también me gustan los autos!” ¡Que mal que me sentí, que psicólogo más
cerrado fui! ¿En qué estaba
pensando? ¿Acaso no le voy a enseñar a
manejar un auto a mi hija? De pronto la vi y me di cuenta que sin proponérmelo
estaba preparando a mi hija para ser ama de casa y una buena madre que juega
desde pequeña a realizar tareas hogareñas….
Hoy por hoy soy muy cuidadoso de los juguetes que regalo a mis hijos,
de lo que trasmito, de lo que hago y digo, sin embargo, como a todos, nos
cuesta escapar de los estereotipos con los que fuimos criados.
Soy consciente que estamos frente a un cambio de paradigma, uno de esos
momentos en la historia en donde las cosas cambian a lo grande. La violencia de Género es apenas un síntoma,
un emergente que denuncia una sociedad de base patriarcal que se está
agotando. Somos hijos de la historia,
podemos simplemente transcurrirla o podemos intentar comprenderla y transformarla para habitar un mundo más
justo. Somos agentes de cambio.
Quiero para mis hijos un mundo mejor,
un mundo con menos prejuicios y mayor igualdad. Quiero que todos deseemos ese mundo
Quiero que todos nos comprometamos a lograrlo.
GRACIAS
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